sábado, 14 de noviembre de 2009

Mis horas

Han pasado días, muchos días que no sé de ti. No hemos cruzado palabra alguna, siquiera un mensaje de texto.
Lo peor de todo, es que ahora escribo por las horas de las tardes, y tal vez, porque así lo presiento, también escribiré en las horas de la madrugada. Ésto es algo que me preocupa, me preocupa con tristeza; mustio me entrego a la preocupación, porque temo, preocuparme por ti a toda hora.
Pensé que me preocupaba ti sólo de madrugada, pensé que la costumbre de pensarte se había confinado a la soledad de las altas horas de la madrugada, cuanto todos se encargan de reparar el sueño y yo me encargaba de descomponer mi templanza.
Pero no, resulta que ahora escribo pensando en ti a toda hora, y lo que es peor, ya no tengo horas exclusivas para mí, ahora te encallas en todo el litoral de mis recuerdos, y tal parece que mis horas, ahora son tuyas.
Ojalá, mis horas vuelvan, porque tus horas, son horas ajenas al tiempo.

2 comentarios:

  1. cuando le pensamos
    siempre las horas se nos hacen ajenas y raras
    el amor se hace una cosa desequilibrante y la angustia como una droga nos domina

    besitos de luz
    felíz fin de semana

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  2. Gracias elisa, por los ósculos luminosos que siempre me regalas.
    "El amor se hace una cosa desequilibrante..." Si, por eso el ideal, es el amor equilibrado
    ¿Acaso alguién, alguna vez lo habrá experimentado?
    Saludos
    Baird

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